CARTA A MUCHOS BUENOS AMIGOS ESPAÑOLES.

Sobre todo, dirigida a mis buenos compañeros de la difunta Agrupación  de Exportadores de España, aquellos casi ocho mil españoles al tiempo amigos y competidores, que en los años setenta-ochenta, nos partimos la espalda por estos mundos de Dios, para acabar en  manos de un grupo de advenedizos en política la mayoría medio muertos de hambre, Felipe, Alfonzo, etc. que sin ningún tipo de vergüenza y aupados por las grandes oligarquías para hacer sombra a los comunistas, únicos bien preparados para plantarles cara, usurparon el nombre de PSOE,  i por manos de los grandes, Boyer, que Dios tenga donde le quepa, (El de la China, según su compañero de tropelías Alfonzo) i como no, el grande y único  Borrell ejemplar único en Cataluña, estos genios de las finanzas nos robaron descaradamente todas las cantidades de dinero prometidas por el gobierno de la UCD para que bajáramos precios en las exportaciones a fin de obtener divisas tan necesarias al país, y que al cabo de dos años de morosidad forzada por .las circunstancias de la España de la transición, llegaron a ser importantes. Echados del gobierno, Suarez y su grupo, seguramente porque eran los únicos que por su moral se sentían obligados a actuar de buena fe,  los mencionados ”justicieros”, nos dejaron en la estacada, i a muchos arruinados, al tiempo que la mayoría de ellos que jamás se habían comido un rosco, engordaban como cochinos. Solo fala recordar la cara del Zelipe i del Alfozo i comparar con la de ahora. Os acordáis amigos exportadores cuanto sufrimos para recuperar lo que nos habían robado sin que lográramos alcanzar ningún resultado?

También dirijo esta carta a todos los españoles de buena fe que son siempre la llamada mayoría silenciosa, que de otra forma, también durante años han ido utilizados i exprimidos por los gobiernos “democráticos” del PP o del PSOE, con el beneplácito de los borbones no elegidos por nadie i que tanto nos quieren y tanto nos ayudan. (Y que tan caros nos cuestan!)  Y como no, a tantos españoles que conocí en los cinco continentes, que tuvieron que rehacer su vida lejos de la patria de origen, y que me honraron con su amistad.                                   Sigue.

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